Algo tendrán estos tipos cuando disco tras disco sus cotas de ventas son astronómicas. Su brillante debut, «Hybrid Theory», vendió 10 millones de copias y su continuación, «Meteora», despachó 11 millones. Este nuevo trabajo volverá a ser un superventas. Y oye, no todo lo que es un superventas tiene que ser de mala calidad, porque a este «Minutes To Midnigth» calidad le sobra, y es que una vez más, Rick Rubin ha hecho una producción espectacular, confirmándose como el mejor productor que jamás ha existido, no sólo por la calidad del producto final, sino por cómo hace concebir los procesos de grabación a las bandas, y como siempre un disco producido por Rick supone una evolución en el sonido del grupo.
El sexteto se han tomado su tiempo (cuatro años desde «Meteora») para reinventar el sonido de la banda que ha acercado su propuesta al Rock y al Pop, sin tanto efecto prefabricado que tanto caracterizaban las cargadas producciones de Linkin Park. En contadas ocasiones podremos encontrar atisbos de ese Rap-Metal que caracterizaba su sonido como en «Bleed It Out».
Un disco conciso de doce temas, de los más de cien que tenían preparados antes de entrar a grabar, donde todo son canciones redondas. Desde el primer single, «What I´Ve Done», un tiempo medio de aires celestiales; «Given Up» otro claro single pegadizo; «In Pieces» un extraño tema con una línea de guitarra cuasi heavy clásico, suena por momentos como desnuda; «Hands Held High» el tema más duro del álbum contrarresta con baladas como «In Between» o «Leave Out All The Rest» o sorprende la cercanía de algunos temas como «Shadows Of The Day» con U2, tema de indudable candidez, donde la voz melódica de Cheter Bennington se adapta a la perfección.
En definitiva, un sonido más maduro en detrimento del pasto juvenil. Cuyo neto contenido de Rock y Pop puede resultar un poco chocante a sus fans más metálicos, a pesar de que el resultado es una mayor credibilidad del grupo. Hay Linkin Park para rato.
David Barrantes Andrada.
