19 abril 2024

KLEPSIDRA: «Cuando Pierda La Fé»

cuandopierdalafe

«Cuando Pierda La Fe» es el tercer trabajo de los madrileños Klepsidra. Un disco que rezuma olor y sabor a aires nuevos y a sonidos de siempre. A riffs clásicos de Heavy Metal y Rock & Roll de toda la vida. «Cuando Pierda La Fe» nos huele a nostalgia, pero también a la actualidad del día a día. A sueños rotos, pero también a sueños cumplidos. A días de sombras, pero también a días de luces. A tiempos pasados… Pero quizá no tanto.

Ya la portada y la contraportada nos hablan del ayer (fotos en blanco y negro, coches clásicos de principios del siglo pasado, el nombre del grupo en forma de anagrama, una antigua gramola), y nos habla también del hoy representado por esa guitarra eléctrica en color rojo que resalta junto con el nuevo anagrama del grupo donde la «K» inicial del nombre de la banda une el tiempo de ayer (reloj de agua o clepsidra) con el tiempo presente (el reloj analógico de pulsera). Una portada llena de simbología que seguimos encontrando a lo largo de todo el libreto donde las letras de las canciones aparecen salpicadas con imágenes casi todas en blanco y negro pero con algunas pinceladas de color para apoyar el significado profundo de los temas que se tratan.

Abre el disco «Sigo En Pie», un temazo lo mires por donde lo mires que no en vano ha sido el elegido como single para la presentación de este nuevo trabajo… Riff potente de guitarra para ponernos en situación ya desde el principio. Un tema rápido con ritmos de batería contundente. Solos de guitarra entre las estrofas y una letra impresionante con estribillo muy pegadizo que me habla de lucha, de superación y de supervivencia pero también me habla de injusticias, de guerras sin sentido y de conservar la fe en lo que haces a pesar de todo. Lo dicho… ¡Un temazo!

Con el segundo tema, «Sueños De Porcelana», nos relajamos un poquito, pero no mucho. En este tema la voz rasgada de Mariano y la letra me sugiere nostalgias del pasado. Añoranza de lo que pudo haber sido y no fue… Quizá además de perder la fe, también se perdió la ilusión y ahora aquellos sueños que parecía que se alcanzaban ya con los dedos se han convertido en frágil porcelana. Me gusta en este tema los efectos que se da a la voz al principio y para resaltar algunas frases, los riffs y el solo de guitarra y las melodías de teclado.

El tercer corte, «Maldita Rutina», con letra de José Mora, me transmite cierta linealidad a lo largo de las estrofas dando sensación de lo que dice el título… rutina. Una rutina que se rompe de vez en cuando para meter un riff de guitarra que resalta magistralmente haciendo contraste con esa línea recta al igual que los coros que también resaltan especialmente en este tema para sacarnos de esa «rutina».

Sigue el tema «Esta Noche» que comienza con unos buenos riff de guitarra y unos silencios instrumentales que cortan de golpe el sonido para dar total protagonismo a la voz de Mariano que suena «a capella». Genial el contraste. Este es para mí otro «temazo». Buenas melodías, solos impresionantes de guitarra, voces dobladas, coros, una buena letra y estribillos pegadizos. ¿Qué más se puede pedir?

«La Desesperación» es el quinto tema del disco. Una canción que hace un guiño a la poesía española de principios del XIX pues se trata de parte de la letra de una poesía atribuida a José De Espronceda. Destacar en este tema los cambios de ritmo que se aprecian en las melodías entre estrofas para paliar un poco la monotonía del verso, el riff de guitarra inicial y la parte instrumental que sirve de «interludio» para, a continuación, seguir con el tramo final del poema.

El sexto corte comienza con la voz desgarrada y «a capella» de Mariano para llamar nuestra atención sobre lo que va a venir a continuación y, no es para menos. La letra, en este caso de Fernando Doncel nos habla de la fragilidad de la vida y del tiempo que pasa irremediablemente para todos y se nos escapa entre los dedos. Otro tema con estribillo pegadizo en el que además vuelven a resaltar los riffs de guitarra y los coros.

Llega el relax en el comienzo del siguiente tema que lleva por título «Mezclas» y cuya letra es de David San Mateo. Comienza con una melodía suave de guitarra que se acelera un poco a partir de la tercera estrofa. Destacar aquí el acompañamiento y contraste de la voz más dulce de Valentín que hace que este tema suene de forma un tanto suavizada a pesar de la crudeza del tema. Para mí, otro temazo.

En el octavo corte volvemos al ritmo trepidante, esta vez, con un tema que podría decirse de «rock urbano» titulado «Migrañas». Riffs que dan rapidez y contundencia y letras que hablan de la realidad del día a día, de tragedias que ya nos parecen cotidianas por sucederse a diario, de rutinas laborales, de nostalgias del pasado y de sueños aún por cumplir. De no resignarse, de no dejarse llevar, de buscar emociones… y de intentar hacer realidad nuestros sueños. Bonito mensaje en este tema.

El noveno tema es una canción que se percibe como muy especial desde los primeros acordes y desde las primeras palabras. Lleva por título «Lidia» y está dirigida y dedicada a la hija de Mariano, vocalista y bajista de Klepsidra. Un tema con mucho feeling donde la melodía que, comienza rápido pero se ralentiza un poco al comenzar el texto, realza esa letra tan sentida que interpreta Mariano dulcificando su voz en la medida en que sus cuerdas vocales se lo permiten.

Y llegamos casi al final con el décimo corte titulado «Días De Sombras» que comienza con las bases rítmicas de batería a las que se van incorporando el resto de instrumentos y la voz. Estribillo pegadizo y solo espectacular de guitarra para cerrar el tema. Broche de oro final con un tema instrumental que me ha gustado especialmente. Muy buena la melodía. Genial las guitarras, la batería, los cambios de ritmo, los «efectos especiales» y el ritmo final que pone, como digo, el broche de oro a un disco de gran calidad donde he visto una voz de Mariano, totalmente rockera, cargada de personalidad y rica en matices, unas guitarras (Ramón y Valentín) muy bien ejecutadas, tanto las partes rítmicas como las solistas con unos riffs y solos espectaculares en la mayoría de los temas, un gran trabajo en las bases rítmicas, bajo y batería, marcando el ritmo cuando están presentes y realzando los silencios cuando callan y, unas pinceladas de teclado (Hammond) que daban un brillo especial a algunas melodías. En definitiva un gran tercer trabajo de Klepsidra que merece la pena tener a mano para escuchar con detenimiento y que estoy convencida nos hará pasar muy buenos momentos escuchándolo en directo en los conciertos.

Klepsidra… Me alegra mucho ver que seguís en pie y, aunque los vientos soplen a veces en contra, espero que nunca perdáis la fe porque mientras esperamos vuestro futuro cuarto «discazo»… ¡Nos vemos en los conciertosssssssssss!

Otesania.

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